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martes, 20 de febrero de 2007

INDEPENDENCIA DOMINICANA


27 de Febrero de 1844


El 27 de febrero por la noche todo estaba preparado para dar el golpe contra la dominación haitiana, contando los dirigentes de la Revolución con el concurso de los batallones 31 y 32, compuestos por dominicanos y reintegrados a la plaza de Santo Domingo apenas el 30 de agosto, así como con el apoyo de los hermanos Pedro y Ramón Santana, cuyo prestigio en el Este aseguraba el concurso de toda la región oriental.El plan de los revolucionarios era tomar posesión de todos los fuertes de la vieja muralla que rodeaba la ciudad, tanto como del puerto y de la barca que enlazaba el barrio de Pajarito (actual Villa Duarte) en la parte donde antiguamente se fundó Santo Domingo, y la ribera occidental del río, contando para ello con numerosos oficiales y clases de la guarnición capitaleña que se habían comprometido en la revuelta.Puerta de la MisericordiaSerra relata: "… se señaló el 27 de febrero a las 11 de la noche para proclamarse el advenimiento de la República Dominicana…" El punto de reunión era la Plaza de la Misericordia, al lado de la puerta que se conoce ahora como Puerta de la Misericordia. Continúa Serra: "Creíamos que el número de los concurrentes sería mayor, pero desgraciadamente éramos muy pocos. Comprometida es la situación, dijo Mella, juguemos el todo por el todo; y disparó al aire su trabuco." Este disparo marcó el inicio de la abierta acción separatista.Acercándose entonces todos los patriotas al Baluarte del Conde, el cual fue entregado a los febreristas por el Oficial Comandante, jefe de destacamento militar del Conde, Teniente Martín Girón, quien había sido conquistado por don Manuel Jimenes, el mismo que en un futuro habría de ser Presidente de la República. Desde ese momento, el Baluarte del Conde quedó convertido en cuartel general y centro principal de la Revolución, al dirigirse desde allí todas las operaciones e instalarse el primer Gobierno de la República, presidido por Sánchez, y con la denominación transitoria de Junta Gubernativa Provisional, de la cual formaban parte además, Ramón Mella, José Joaquín Puello, Remigio del Castillo, Wenceslao de la Concha, Mariano Echavarría y Pedro de Castro y Castro.Luego que los rebeldes tomaron posesión del Baluarte, José Llaverías abrió el portón con una bayoneta a fin de que por ella penetraran los primeros refuerzos que recibió la República, llegados del cercano pueblo de San Carlos [en la actualidad, un barrio de la ciudad de Santo Domingo] al mando de Eduardo Abreu. El Teniente Ángel Perdomo preparó la artillería del mismo, así como la del fuerte de La Concepción; entre los que lo ayudaron hay que agregar a la tía de Sánchez, la heroica e infortunada María Trinidad Sánchez, quien "en sus propias faldas conducía pólvora para las murallas" y repartía cartuchos en las murallas.La incursión realizada esa noche por el Coronel Deo Hérard (hijo del Presidente Charles Hérard ainé), se replegó al ser recibida por una nutrida descarga disparada por los patriotas.La República Dominicana fue proclamada, en ausencia de Duarte, la noche del martes 27 de febrero de 1844 en la puerta de El Conde de la ciudad de Santo Domingo por Tomás Bobadilla, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Manuel Jimenes, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín Puello, Gabino Puello, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte y otros patriotas. En el Seybo, el mismo 27 en la madrugada, Pedro Santana, ya se había adelantado proclamando la Separación de Haití, siendo aclamado General del Ejército.El día 28 de febrero, al amanecer, grupos de dominicanos tenían cercada La Fuerza (actualmente, Fortaleza Ozama) y todos los puestos de guardia haitianos, y turbas amenazadoras se arremolinaban en torno a las residencias de las personalidades haitianas de mayor significación; además, ya patrullas dominicanas recorrían todas las calles de la ciudad, Evidentemente amedrentado por la actitud agresiva de los dominicanos, el comandante General Henri Etienne Desgrotte suscribió dos cartas: una dirigida al Cónsul Saint-Denys, manifestándole el grave peligro que corrían los miembros de la colonia haitiana, dejando constancia de su disposición para iniciar negociaciones con los insurrectos; y la otra, dirigida a los revolucionarios de la Puerta del Conde, invitándolos a darle a conocer sus propósitos y sus aspiraciones. Esta gestión del General Desgrotte fue conocida por la Junta Gubernativa Provisional que se había constituido, de facto, desde la noche anterior.

miércoles, 14 de febrero de 2007

EL AMOR

Su etimologia proviene del latin A (Sin) Mor (Muerte), es todo sentimiento que nos eleje de la muerte.

El amor se considera como el conjunto de sentimientos que intensifican las relaciones interpersonales del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, desea el encuentro y unión con otro ser que le haga sentirse completo.
Por otra parte el que ama, desea y anhela el bien y la felicidad del ser amado, entonces el que ama no daña ni esclaviza a lo que se ama.
En cambio, para
Erich Fromm el amor es un arte, y como tal una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así, decisión, elección y actitud.
El amor es un estado mental que crece o decrece dependiendo de como se retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación depende de factores que son más o menos conocidos, ya sea por el comportamiento de la persona amada, por sus atributos involuntarios o por las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascención social, aspiración constante de completitud, etc.).

sábado, 10 de febrero de 2007

RICKY MARTIN

A DONDE VAN LOS MALOS PERIODISTAS Y CUAL ES SU CASTIGO

POEMA XX PABLO NERUDA

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.